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2-Istoria ramane pasiunea mea nr-1!
Resulta curioso que el arma que propició la hegemonía de Roma en el Mediterráneo (al que en época imperial se conocía con el apelativo de lago romano, igual que siglos después el Pacífico sería denominado lago español), fuera una tan menospreciada como la classis (armada, flota) que, a pesar de ser la que determinó la victoria ante Cartago, resultaba bastante menos prestigiosa que las legiones, a las que estaba subordinada.
Los romanos, en efecto, nunca tuvieron en demasiada consideración a la marina, aún cuando resultaba fundamental para garantizar el suministro de grano a la metrópoli y transportar las tropas para sus frecuentes campañas en el exterior. Es más, si exceptuamos la flota primigenia, destinada casi exclusivamente a proteger la costa de incursiones piratas, no dispusieron de una propiamente dicha hasta que chocaron con Cartago y se vieron en clara inferioridad en el mar. Antes, cuando lo precisaban, simplemente recurrían a los socii navales
Los socii navales eran aliados o mercenarios, generalmente de Sicilia y Grecia, que aportaban barcos y tripulaciones. Eso se quedó insuficiente al estallar la Primera Guerra Púnica, por lo que se cambiaron los conceptos para construir una flota de ciento veinte barcos, entre trirremes y quinquerremes; según Polibio tomando como modelo de diseño una nave cartaginesa naufragada, debido a la falta de tradición marinera. Esa carencia, que es tanto como decir inexperiencia, se siguió también con buques y hubo que tirar de imaginación, introduciendo una novedad que daría tiempo para equilibrar las cosas.
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