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2-Istoria ramane pasiunea mea nr-1.
9 de agosto de -48. Julio Cesar aplasta a Pompeyo en la batalla de Farsalia.
1º. Julio Cesar parecía derrotado tras el asedio de Dirraquium, donde un ataque de Pompeyo quebró sus líneas de Julio Cesar, forzándole a retirarse el 17 de julio. Julio Cesar se internó en Tesalia, en busca de provisiones. La ciudad de Gonfos, aliada suya, se negó a darle ayuda al conocer su derrota: Cesar la asaltó, su furiosos soldados la saquearon, saciando sus necesidades, y el resto de ciudades Tesalia, viendo que Julio Cesar distaba de estar derrotado, le dieron ayuda. El bando republicano estalló en euforia, difundiendo la noticia y dando ya la guerra casi por ganada, y discutiendo al repartirse cargos y propiedades de los “vencidos”. Pompeyo prefería seguir sus tácticas “fabianas” y hacerle a Julio Cesar lo que en su día le hizo Fabio Máximo a Aníbal: acosarlo, atacarlo en escaramuzas, impedirle conseguir provisiones y desgastarlo, ya que sus tropas eran más novatas pero numerosas, y su flota le garantizaba el suministro, frente a un Julio Cesar que siempre debía desplazarse para rapiñar provisiones. Julio Cesar tenía un control absoluto en bando, pero Pompeyo tenía junto a él a medio Senado, a hombres de igual rango, acostumbrados a dirigir y mandar, que le presionaron para librar una batalla definitiva: Enobarbo llamó a modo de burla a Pompeyo como “Agamenón, rey de reyes”, indicando que igual que el rey micénico, parecía querer dirigía un ejército formado por hombres de su mismo rango; la referencia a los 10 años que estuvo Agamenón asediando Troya era la otra parte de la burla. Mientras, Julio Cesar desplegaba continuamente sus tropas para provocar a los republicanos, y la presión pudo a Pompeyo.
2º. Los republicanos tenía su campamento en una colina, y el día 9 de agosto, hicieron descender sus tropas; Cesar, al verlo, no desaprovechó la oportunidad de librar combate. Pompeyo dejó 7 cohortes en su campamento, y desplegó en batalla 103, un total de 45.000 hombres. Su ala derecha, protegida junto al escarpado río Enipeo, bajo el mando del veterano Afranio, tenía sus tropas más fuertes: los restos de su ejército de Hispania y la legión de Cilicia. En el centro, estaba las tropas más débiles, con las legiones sirias, bajo el mando de Metelo Escipión, último descendiente de Escipión el Africano, y suegro de Pompeyo, En el ala izquierda situó dos antiguas legiones de Julio Cesar (que el Senado le obligó a ceder para defender Siria tras Carrae... y que Pompeyo se quedó), y las puso bajo el mando de Domicio Enobarbo. A su lado situó toda su caballería, unos 6.700 jinetes tracios y orientales, apoyados por arqueros y honderos, bajo el mando de Labieno. Pompeyo se situó entre Enobarbo y Labieno. La táctica de combate era sencilla: con un flanco protegido por el río, los 6700 jinetes debían barrer a los 1.000 jinetes de Julio Cesar y luego rodear sus legiones.
3º. Julio Cesar tenía muchas menos tropas: 80 cohortes, pero muy mermadas tras años de guerra en las Galias: las legiones VIII y IX formaba casi una sola, y en total serían unos 22.000 hombres, y 1.000 jinetes galos y germanos. Pero eran casi todos veteranos de la Guerra las Galias, llevando algunas más de 11 años de guerra ininterrumpida. Dispuso a la IX y la VIII en la izquierda, bajo el mando de Marco Antonio; el centro, bajo Domicio Calvino, con las legiones recién reclutadas, y el ala derecha, bajo el mando de Publio Cornelio Sila y del propio Julio Cesar, con la veterana Legión X y toda la caballería. Cesar ordenó a sus tropas cargas, pero Pompeyo había dado orden a su infantería de permanecer al pie de la colina; pero los propios veteranos de Cesar, al ver que no se movía, “contuvieron por sí mismo la carrera, se detuvieron a mitad de camino para no llegar cansado, y habiendo descansado corto tiempo, reiniciaron la carrera, arrojando sus lanzas y empuñando las espadas”. Justo entonces dio Pompeyo la orden a su caballería de efectuar una carga total: la caballería de Cesar “no pudo sostener el ataque” y cedió. La batalla parecía ganada...
4º. Pero entonces Julio Cesar sacó su sorpresa. De cada legión, antes de la batalla, había retirado una cohorte, que formó una línea en retaguardia, ocultada por su caballería. Era evidente lo que Pompeyo pretendía hacer al concentrar toda su caballería, y Julio Cesar ideó esa treta, sabedor de que podía debilitar su línea de infantería, ya que sus veteranos, pese a estar 2 contra 1, aguantaría el combate. Y así, cuando la caballería de Cesar se retiró, la de Pompeyo, lanzada en su ímpetu, se dio de bruces contras esas firmes seis cohortes, que ante la orden de Cesar “avanzaron rápidamente y atacaron con tanta violencia” que los jinetes de Pompeyo, sorprendidos y desorganizados se dieron a la fuga, siendo perseguidos por los jinetes galos y germanos. Justo en ese momento, Pompeyo entendió que la batalla estaba perdida, y se quitó su capa roja de general y se dio a la fuga. Sin protección de la caballería, los arqueros y honderos fueron aniquilados. Las seis cohortes del flanco, rodearon a sus antiguos compañeros de las legiones I y III, que resistían firmes a su embate contra la X legión de Cesar. Entonces, Julio Cesar hizo avanzar a la última de las tres líneas en que se desplegaban las legiones, y revelar a los fatigados de la primera línea.
5º. Las legiones pompeyanas no resistieron y se dieron a la fuga, Cesar ordenó a sus legiones perseguirles y asaltar el campamento para que no pudiesen reorganizarse, de donde se al cansancio y el calor los expulsaron; pero Cesar no les dejó a sus tropas saquear un campamento engalanado para la victoria, lleno de manjares y vajillas preciosas, y les instó a completar la victoria: dejo parte en el campamento, y él mismo con 4 legiones agotadas, persiguió a los pompeyanos, y aunque anochecía, y Cesar ordenó construir un campamento junto a un río, para privar de agua a los pompeyanos refugiados en un monte. Estos enviaron negociadores, y al amanecer del día 10, 24.000 pompeyanos se rindieron, y Cesar los unió a su ejército. Cesar sólo perdió 200 legionarios, aunque 30 fueron centuriones; y capturó 180 estandartes y 9 águilas legionarias. Los pompeyanos perdieron, según el general cesariano Asinio Polio, presente en la batalla, 6.000 soldados. entre ellos Domicio Enobarbo, uno de sus más enconados rivales. Polio dice que, a la vista de los cadáveres, Cesar exclamó “¡Ellos lo han querido! Si yo, Cayo Cesar, no hubiese recurrido a mis legionarios, habría sido condenado”. Fue una victoria decisiva, porque el ejército de campaña quedó destruido, y seguida de la muerte de Pompeyo en Egipto, dejó a Cesar como amo del mundo romano. Pero no fue una victoria total, porque muchos líderes enemigos (Metelo Escipión, Labieno, los hijos de Pompeyo) continuaron una guerra civil que, incluso al ser asesinado Julio Cesar, no se había extinguido.
PD. Espero que les haya gustado y que hayan aprendido algo. A los que os interesen, es importante que le deis a “seguir” o “me gusta” a la página original, para que el algoritmo os la muestre, y porque no siempre tengo de publicarlas en todos los grupos. Os dejo el enlace: https://www.facebook.com/profile.php?id=100085345680077 Gracias por leerme.
Atentamente, el autor ©Jose Miguel Delgado Valerio.
Fuentes clásicas: “Comentarios a la Guerra civil” de Julio Cesar; “Guerras civiles” de Apiano, “Historia romana” de Dion Casio, “Vidas paralelas. Vidas de Cesar y Pompeyo” de Plutarco. “Vidas de los Doce Césares” de Suetonio.
En las imágenes: 1º tropas romanas enfrentadas (Autor: Adam Hook) 2º la infantería de Cesar atacaba a la caballería de Pompeyo (Autor: Ganbat Badamhand) 3º y 4º. Fases de la batalla de Farsalia (Wikipedia Commons)
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