miercuri, 3 mai 2023

MARCUS ANTONIUS-PRIMUL DIN AL-2 TRIUMVIRAT !

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2-Istoria ramane pasiunea mea nr-1!


Marco Antonio... el Triunviro.
Perteneciente a la rama plebeya de familia de los Antonios (gens Antonia), Marco Antonio nació en Roma en torno al año 83 a.C. Su padre fue su tocayo Marco Antonio Crético (Marcus Antonius Creticus), hijo a su vez del orador Marco Antonio el Orador (Marcus Antonius Orator), asesinado por los partidarios de Cayo Mario en 87 a.C.
Marco Antonio descendía de los Julios César por el lado materno, pues era hijo de Julia, hermana del consular Lucio Julio César. Su padre murió a una temprana edad, dejando a Marco Antonio, junto con sus hermanos Lucio y Cayo, al cuidado de su madre, quien se casó después con Publio Cornelio Léntulo Sura, un político acusado de estar involucrado en la conjura de Catilina (63 a. C.). Por este motivo Cicerón ordenó su ejecución, lo que originó la enemistad entre Antonio y el célebre orador.
Los primeros años de la vida de Marco Antonio se caracterizó por la falta de una adecuada orientación paterna. De acuerdo con historiadores como Plutarco, pasó sus años de adolescencia vagando por Roma con sus hermanos y amigos. Juntos se embarcaron en una clase de vida rebelde y despreocupada, frecuentando casas de apuestas, dándose a la bebida y viéndose involucrados en escándalos amorosos.... Plutarco menciona el rumor de que antes de cumplir los veinte años de edad Antonio ya estaba endeudado y debía unos doscientos cincuenta talentos (seis millones de sestercios), que había asumido su amigo Escribonio Curión. Asimismo, hacia el año 59 a.C. entró en contacto con el círculo del polémico Publio Clodio Pulcro y sus bandas callejeras.
Después de este periodo de imprudencias, Antonio huyó a Grecia hacia el año 58 a.C. para escapar de sus acreedores. Tras un breve periodo invertido en asistir a las clases de los filósofos en Atenas, donde aprendió retórica como solían hacer otros jóvenes nobles romanos de su época, fue convocado por Aulo Gabinio, procónsul de Siria, para participar en la campaña contra Aristóbulo de Judea, en la que se le concedió su primera distinción militar por ser el primero en asaltar una fortificación judía. Posteriormente participó en la campaña militar de Gabinio en 55 a.C. para restablecer en el trono de Egipto a Ptolomeo Auletes, demostrando su talento como prefecto ecuestre (comandante de la caballería), destacando por su valentía y coraje en la toma de Pelusio. Fue en esta ocasión cuando conoció Egipto, Alejandría... y a la princesa Cleopatra.
La influencia de Clodio y de Curión acercaron a Marco Antonio al partido de Julio César, rival de Pompeyo y del Senado romano. En el año 54 a. C. Marco Antonio entró a formar parte del mando del ejército de Julio César en las Galias; probó de nuevo su competente liderazgo militar en la guerra de las Galias y destacó en el doble asedio de Alesia, aunque su personalidad provocaba conflictos continuamente, donde quiera que fuese; César mismo llegó a decir que su conducta le hacía irritar frecuentemente.
Sin embargo, la influencia de César le valió los cargos de Cuestor (52 a. C.), Augur (50 a. C.), cargo que ocuparía hasta su muerte, y Tribuno de la Plebe (49 a. C.), y siempre apoyó la causa de su protector con gran energía. Cuando los dos mandatos proconsulares de César expiraron (al cabo de 10 años), el general quiso retornar a Roma para las elecciones consulares.
César, a través de Antonio, sugirió entonces que todos los comandantes que compartían el mismo imperium entregaran el mando (Pompeyo y él), pero la idea fue rechazada, y cuando Antonio recurrió a las amenazas y a sembrar el descontento, fue finalmente expulsado del Senado. De esta forma, Antonio huyó de Roma, uniéndose a César, que había dejado su ejército acampado a orillas del Rubicón, el arroyo que marcaba el límite meridional de su autoridad proconsular. Se desvanecían todas las esperanzas de hallar una solución pacífica tras la expulsión de Antonio del Senado. Con la ofensa a su dignidad y con el ataque a la inviolabilidad de Antonio como tribuno de la plebe, César justificó su decisión de cruzar el río y la marcha de su ejército hacia Roma, comenzando así la segunda guerra civil. Durante esta contienda, Antonio fue el segundo al mando de César; en todas las batallas contra los pompeyanos, Antonio dirigió el ala izquierda del ejército, prueba evidente de la confianza de César en él.
Con César como dictador, Antonio fue nombrado magister equitum, siendo la mano derecha del dictador y permaneciendo como administrador de Italia (47 a. C.), mientras César luchaba contra los últimos pompeyanos, quienes se habían refugiado en África. Pero las habilidades de Antonio como administrador fueron un pobre reflejo de las que poseía como general, aferrándose a la oportunidad de satisfacer sus más extravagantes excesos... (como la compañía de la actriz liberta Cytheris); que quedaron reflejados por Cicerón en sus Philippicae, catorce discursos (que hayan subsistido, pues hay indicios de que fueron escritos al menos diecisiete), pronunciados en su mayoría por Cicerón entre el 2 de septiembre del año 44 y el 21 de abril del 43, contra todos los aspectos de las ambiciones políticas y la misma catadura moral de Antonio, algo que le valió probablemente a Cicerón, pese a sus esfuerzos por esconderse, el ser asesinado por parte de sus sicarios. Ciertamente, la segunda, que nunca fue pronunciada, es una obra maestra de la invectiva.
En el año 46 a. C. Antonio se ofendió cuando César le insistió en que pagara las propiedades de Pompeyo que Antonio había simulado comprar, ya que en verdad se había apropiado simplemente de ellas. Los problemas pronto surgieron y, como en otras ocasiones anteriores, Antonio recurrió de nuevo a la violencia... cientos de ciudadanos fueron asesinados, mientras la ciudad de Roma caía en un estado de anarquía... César mostró su gran disgusto por todo este asunto, y relevó a Antonio de todas sus responsabilidades políticas.
Ambos dejaron de verse durante dos años, si bien el distanciamiento no fue muy continuado... Antonio se reunió con el dictador en Narbona (45 a.C.), rechazando la propuesta de Trebonio para que se uniera a la conspiración que ya estaba en marcha. La reconciliación definitiva llegó en 44 a.C., cuando Antonio fue elegido colega de César durante el quinto consulado del dictador, como parte del incipiente plan de César para conquistar el Imperio parto, dejando en Roma al nuevo y leal cónsul.
Cualesquiera que fuesen los problemas surgidos entre ellos, Antonio permaneció fiel a César en todo momento. En febrero de 44 a.C; durante las fiestas lupercales (15 de febrero), Antonio ofreció públicamente una diadema a César. Este hecho poseía un significado preciso... la diadema era el símbolo propio de un rey... y César, al rechazarla, demostraba, una vez más, que no estaba interesado en asumir el título de Rey.
En los idus de marzo (15 de marzo) de ese mismo año, César fue asesinado por un grupo de senadores, liderados por Cayo Casio Longino y Marco Junio Bruto, mientras Antonio era entretenido en la habitación contigua. Bruto rechazó la sugerencia de Casio para acabar también con la vida de Antonio, alegando que su objetivo había sido librarse de César, mientras que acabar con un magistrado electo legítimamente significaría un varapalo para la causa republicana... un error que posteriormente lamentaría amargamente.
En el consiguiente alboroto, Antonio escapó de la ciudad vestido como un esclavo, temiendo que el asesinato de César fuera el inicio de un baño de sangre contra todos sus partidarios. Cuando comprobó que esto no sucedía, regresó a Roma y concertó una tregua con la facción de los asesinos. En ese momento Antonio, como cónsul restante nombrado para ese año, simuló perseguir la paz y el final de la tensión política, a la vez que trataba de afianzarse como jefe del partido cesariano por encima de Lépido, cuyas tropas ocuparon el Foro el 16 de marzo... Tras un discurso de Cicerón pronunciado ante el Senado, reunido en el templo de Tellus a iniciativa de Antonio el día 17 de marzo, se concedió una amnistía a todos los conjurados, a la vez que se aprobaba un funeral en honor de César.
El día 20 de marzo aconteció el funeral de César, en el cual Antonio, como su fiel segundo en el mando, compañero, colega consular y pariente, fue el lógico elegido para recitar la elegía del funeral. Durante su discurso enumeró las gestas de César y las concesiones en su testamento en favor del pueblo romano, para acabar vertiendo sus acusaciones respecto al asesinato de César, afirmando así su distanciamiento con los conjurados... Mostrando un gran talento para la retórica y la interpretación dramática, Antonio retiró bruscamente la toga del cuerpo de César... y mostró a la muchedumbre las marcas de sus veintitrés heridas... De esta forma, esa misma noche el pueblo romano atacó las casas de los conjurados, que se vieron obligados a huir para salvar sus vidas y lamentaron no haber acabado con el cónsul.
La posición de Antonio se vio fortalecida hasta tal punto que Calpurnia, la viuda de César, llegó a hacerle entrega de los documentos personales de César y a confiarle la custodia de sus bienes, valorados en cuatro mil talentos. También consiguió el apoyo de los veteranos de César tras viajar a Campania, donde habían sido asentados en premio a su lealtad tras las campañas cesarianas, y animarlos a defender la obra de César frente a sus enemigos. Rodeado así de una guardia de veteranos, Antonio obligó al Senado a entregarle la provincia de la Galia Cisalpina, que era en ese momento administrada por Décimo Junio Bruto Albino, uno de los conspiradores. Pretendía de esta forma trasladar las legiones allí establecidas hacia Macedonia para preparar un ataque contra el Imperio parto. Bruto rehusó entregar la provincia, por lo que Antonio se dispuso a atacarle en octubre de 44 a.C.
La muerte de César había dejado un gran vacío en la vida política de Roma. La República estaba agonizando, y de nuevo otra guerra civil había comenzado.
Fue entonces cuando apareció su gran y auténtico problema... Cayo Octavio Turino... sobrino-nieto y a la vez hijo adoptivo de César, llegó en marzo a Brundisium desde Iliria, reclamando la herencia de su padre adoptivo, que consistía en tres cuartas partes de los bienes de César, según estipulaba en su último testamento... Tras rechazar los consejos de su madre y su padrastro Marcio Filipo para que rechazara la adopción y la herencia, Octavio obtuvo el apoyo del Senado romano y de Cicerón, a la vez que las tropas veteranas del dictador se reunieron en torno a su bandera.
Octavio se mostraba así muy dispuesto a luchar por el poder con los otros principales aspirantes... Lépido y el propio Marco Antonio...
Tras un primer encuentro amistoso con Antonio a finales de abril de 44 a.C. en Roma, en el cual Octavio le reprochó no haber perseguido a los conjurados, las desavenencias surgieron pronto cuando Octavio trató de atraerse a los veteranos campanienses. Antonio, quien se hallaba en Brundisium desde octubre para hacerse cargo de las legiones procedentes de Macedonia necesarias para atacar la Galia Cisalpina, comprendió el interés de su rival por desacreditarlo ante las tropas, y regresó a Roma con una legión Gala, pero Octavio se le había adelantado, marchando hacia la Cisalpina con dos legiones...
Cuando Antonio se dispuso a tomar el mando de la Cisalpina, Bruto se negó a entregársela, refugiándose en Mutina, ciudad que Antonio comenzó a sitiar. El Senado no tardó en aprobar la conducta de Bruto, y Antonio fue declarado "hostis rei publicae"... Octavio, en calidad de propretor, llegó con los cónsules Aulo Hircio y Cayo Vibio Pansa, en ayuda de los sitiados y derrotó a Antonio en Forum Gallum y en Mutina (abril de 43 a.C.).
No obstante, la muerte de ambos cónsules en la batalla aumentó el recelo del Senado hacia Octavio, quien, irritado ante la negativa del Senado para concederle un triunfo y con el compromiso con Décimo Bruto para que mandase las tropas por encima de él... entró en Roma con ocho legiones bajo su mando y obligó al Senado a otorgarle el consulado (19 de agosto).
Consiguió la promulgación de una lex curiata que confirmó la adopción que hiciera César, pasando Octavio a llamarse Cayo Julio César Octaviano. Entre tanto, Décimo Bruto huyó en pos de Marco Bruto hacia Macedonia al comprender que no figuraba en los planes de Octaviano, pero fue asesinado durante el viaje. Por su parte, Antonio escapó a la Galia Cisalpina, realizó un intercambio con Lépido y marchó hacia Roma con una gran fuerza de infantería y caballería...
Ante el avance del ejército de Antonio, Octaviano traicionó finalmente al partido senatorial, consciente de que los asesinos de César esperaban en Macedonia una guerra en Italia para abalanzarse sobre el exhausto vencedor, por lo que llegó a un acuerdo con Antonio y Lépido... Los tres caudillos se encontraron en Bononia el 11 de noviembre de 43 a.C... adoptando el título de "Triumviri rei publicae constituendae" como gobernantes colegiados y aliados con potestad consular. La Galia Cisalpina fue adjudicada a Antonio, Hispania y la Galia Narbonense a Lépido, y África, Cerdeña y Sicilia, a Octaviano.
Los triunviros obtuvieron reconocimiento oficial mediante la Lex Titia, aprobada por la Asamblea el 23 de noviembre de 43 a. C., la cual otorgaba virtualmente todos los poderes a los triunviros durante un periodo de cinco años. Para fortalecer la alianza, Octaviano se casó con Clodia, la hijastra de Antonio. Necesitados de fondos para sufragar la guerra contra los conjurados, los triunviros comenzaron entonces a perseguir a la facción de los asesinos de César, que habían huido hacia el Este, así como a ejecutar a los partidarios de la conjura que aún permanecían en Roma; desencadenaron una ola de terror en la ciudad el 1 de enero del año 42 a.C... proscripciones, confiscaciones y ejecuciones se convirtieron en la norma general de aquellos días, siendo asesinados incluso algunos de los más nobles ciudadanos... Unos dos mil caballeros y ciento sesenta senadores fueron ejecutados... siendo Cicerón la víctima más destacada en esta vorágine... pese al apoyo brindado a Octaviano, quien consintió su ejecución tras ser capturado al tratar de escapar.... Antonio y su esposa Fulvia no perdonaron las acusaciones pasadas de Cicerón... vengándose con su cuerpo;.. sus manos y cabeza fueron expuestas en las Rostra, con su lengua atravesada por las horquillas doradas de Fulvia. Finalmente, tras la doble batalla de Filipos (libradas el 3 y el 23 de octubre de 42 a.C.) y el suicidio de Casio y Bruto, los partidos senatorial y republicano fueron aniquilados... nadie más debía desafiar el poder del Triunvirato.
Con el panorama militar y político aclarado, los triunviros dividieron el mundo romano entre ellos...
Lépido tomó el control de las provincias occidentales... mientras Octaviano permaneció en Italia con la responsabilidad de asentar a los veteranos de guerra y proporcionarles tierras, una tarea fundamental ya que la lealtad de las legiones pasaba por cumplir este compromiso. Marco Antonio se dirigió a las provincias orientales, para pacificar otra revuelta acaecida en Judea, y con la idea de atacar al imperio parto, un plan ideado previamente por César. Durante su viaje a Oriente, se encontró con la reina Cleopatra VII de Egipto en Tarsos (41 a.C.)... tras lo cual ambos se convirtieron en amantes... (en el año 40 a. C. nacieron sus hijos mellizos Cleopatra Selene II y Alejandro Helios). Antonio pasó el invierno de ese año en su compañía, en Alejandría...
Mientras tanto... en Italia la situación no estaba resuelta del todo. La administración de Octaviano no era satisfactoria, con el riesgo que existía de producirse una revuelta. Por otro lado, Octaviano se divorció de Clodia, la hijastra de Antonio, dándole la curiosa excusa de que le resultaba molesta... La cabecilla de la revuelta en ciernes fue... Fulvia, la esposa de Antonio, una mujer que figura en la Historia como de tempestuoso carácter y de gran ambición política. Temiendo por la posición política de su marido y disgustada por el tratamiento recibido por su hija, fue ayudada por su cuñado Lucio Antonio para reclutar ocho legiones con su propio patrimonio. Su ejército invadió Roma, llegando a ser un verdadero problema para Octaviano... Sin embargo, en el invierno de 41-40 a.C; Fulvia fue sitiada en Perusia y hubo de rendirse por hambre. Fue entonces exiliada a Sición, en Grecia, donde enfermó y murió aguardando la vuelta de Antonio...
La muerte de Fulvia fue providencial, ya que la nueva reconciliación entre los triunviros fue en gran parte cimentada en el matrimonio de Antonio con Octavia, la hermana de Octaviano, en octubre de 40 a.C. Antonio se vio obligado a arreglar sus conflictos con Octaviano casándose con ella. Octavia era una hermosa e inteligente mujer que había enviudado recientemente y tenía tres niños de su primera unión. El mundo romano fue nuevamente dividido: se asignó esta vez África a Lépido, las provincias occidentales a Octaviano, y el Oriente a Antonio... Este pacto, conocido como el Tratado de Brundisium, reforzó el triunvirato, y permitió a Antonio empezar a preparar su tan ansiada campaña contra los partos.
Marco Antonio convocó a Cleopatra a Antioquía para discutir asuntos urgentes, como el reino de Herodes y el apoyo financiero para su campaña de Partia. Cleopatra llevó a sus mellizos de tres años a Antioquía, donde su padre los vio por primera vez y donde probablemente recibieron por primera vez sus sobrenombres Helios y Selene como parte de los ambiciosos planes de Marco Antonio y Cleopatra para el futuro. Para estabilizar el este, Marco Antonio no solo amplió los dominios de Cleopatra, sino que también estableció nuevas dinastías gobernantes y gobiernos clientes que le serían leales, aunque al final durarían más que él.
Con este acuerdo Cleopatra ganó importantes antiguos territorios ptolemaicos en el Levante mediterráneo, incluidos casi todos los de Fenicia (Líbano) menos Tiro y Sidón, que continuaron en manos romanas. También recibió Ptolemais Akko (hoy Acre, Israel), una ciudad que fue establecida por Ptolomeo II. Dadas sus relaciones ancestrales con los seléucidas, se le otorgó la región de Celesiria a lo largo de la parte superior del río Orontes. Incluso se le otorgó la región circundante de Jericó en Palestina, pero le cedió este territorio a Herodes. A expensas del rey nabateo Malicos I..
(un primo de Herodes), Cleopatra también recibió una porción del reino nabateo en torno al golfo de Áqaba en el mar Rojo, incluida Ailana (hoy Áqaba, Jordania). Al oeste le concedió Cirene a lo largo de la costa libia, así como Itano y Olunte en la Creta romana. Aunque todavía administrados por funcionarios romanos, estos territorios enriquecieron su reino y la llevaron a declarar la instauración de una nueva era acuñando una doble fecha en sus monedas en el 36 a.C
La expansión del reino ptolemaico por parte de Marco Antonio mediante la renuncia a territorios directamente controlados por los romanos fue explotada por su rival Octavio, quien aprovechó el sentimiento público en Roma en contra del fortalecimiento de una reina extranjera a expensas de su República. Octavio fomentó la versión de que Antonio estaba descuidando a su virtuosa esposa romana Octavia, concediéndole tanto a ella como a Livia Drusila, su propia esposa, privilegios extraordinarios de sacrosantidad.
En 36 a. C., Cleopatra acompañó a Marco Antonio al Éufrates en su viaje hacia la invasión del imperio parto. Luego regresó a Egipto, quizás debido a su avanzado estado de gestación. En el verano de 36 a. C. dio a luz a Ptolomeo Filadelfo, su segundo hijo varón con Marco Antonio.
La campaña de Antonio en Partia en el 36 a. C. se convirtió en una completa debacle por diversas razones, en particular la traición de Artavasdes II de Armenia, que desertó al lado parto. Tras perder unos 30 000 hombres, más que Craso en Carras (una indignidad que había esperado vengar), Antonio finalmente llegó a Leukokome cerca de Berite (actual Beirut, Líbano) en diciembre, bebiendo en exceso antes de que Cleopatra llegara para suministrar fondos y vestimenta a sus maltrechas tropas. Antonio deseaba evitar los peligros de regresar a Roma, así que viajó con Cleopatra a Alejandría para ver a su hijo recién nacido.
A finales del 34 a.C; Antonio y Octavio se enfrentaron en una encarnizada guerra de propaganda que duraría años. Antonio afirmó que su rival había depuesto ilegalmente a Lépido del triunvirato, quedándose con sus tropas e impidiéndose a él reclutar tropas en Italia, mientras que Octavio acusó a Antonio de arrestar ilegalmente al rey de Armenia, casarse con Cleopatra a pesar de seguir casado con su hermana Octavia, y declarar ilícitamente a Cesarión como heredero de César en lugar de Octavio. La gran profusión de acusaciones y rumores vertidos durante esta guerra propagandística han dado forma a la imagen popular de Cleopatra desde la literatura de la época de Augusto hasta los diferentes medios de comunicación de la era moderna. Se dijo que Cleopatra le lavó el cerebro a Marco Antonio con brujería y hechicería y que era tan destructiva para la civilización como la Helena de Troya de Homero. Las Sátiras de Horacio incluyen un relato de que Cleopatra disolvió una vez una perla que valía 2,5 millones de dracmas en vinagre solo para ganar una apuesta en una cena...
En un discurso ante el Senado romano el primer día de su nombramiento como cónsul el 1 de enero de 33 a. C., Octavio acusó a Antonio de intentar menoscabar las libertades romanas y su integridad territorial como esclavo de su reina oriental. Antes de que el imperium conjunto de Antonio y Octavio expirara el 31 de diciembre del año 33 a. C., Antonio declaró a Cesarión como el verdadero heredero de Julio César en un intento de debilitar a Octavio. El 1 de enero de 32 a.C. fueron elegidos cónsules Cayo Sosio y Cneo Domicio Enobarbo, ambos partidarios de Antonio. El 1 de febrero de 32 a.C. Sosio pronunció un ardiente discurso condenando a Octavio, por entonces un ciudadano privado sin cargo público, y promulgó leyes en su contra. Durante la siguiente sesión del Senado, Octavio entró en la Cámara de Senadores con guardias armados e hizo sus propias acusaciones contra los cónsules. Intimidados por este acto, los cónsules y más de 200 senadores que todavía apoyaban a Antonio huyeron de Roma al día siguiente para reunirse con él...
La posición legal de Octavio también mejoró al ser elegido cónsul en el 31 a.C. Con la voluntad de Antonio hecha pública, Octavio tenía ya su casus belli...y Roma declaró la guerra a Cleopatra... no a Antonio...
Antonio y Cleopatra tenían una flota más numerosa que la de Octavio, pero las tripulaciones de su armada no estaban bien entrenadas, algunas probablemente procedentes de barcos mercantes, mientras que Octavio disponía de una fuerza totalmente profesional. Antonio quería cruzar el mar Adriático y detener a Octavio en Tarentum o Brindisium, pero Cleopatra, preocupada sobre todo de defender Egipto, se opuso a la decisión de atacar directamente Italia.
Antonio y Cleopatra perdieron varias escaramuzas contra Octavio en los alrededores de Accio durante el verano del 31 a. C. y se sucedieron continuas deserciones hacia el campamento de Octavio, como las del durante mucho tiempo compañero de Antonio, Delio y los hasta el momento reyes aliados Amintas de Galacia y Deyótaro de Paflagonia. Mientras que algunos miembros del ejército de Antonio sugirieron abandonar el conflicto naval para retirarse hacia el interior, Cleopatra insistió en una confrontación naval, para mantener a la flota de Octavio alejada de Egipto.
El 2 de septiembre de 31 a.C. las fuerzas navales de Octavio, dirigidas por Marco Vipsanio Agripa, se enfrentaron a las de Antonio y Cleopatra en la batalla de Accio. Cleopatra, a bordo de su buque insignia, el Antonias, estaba en la retaguardia de la flota al mando de 60 barcos en la desembocadura del golfo de Ambracia, en lo que probablemente fue una estrategia de los oficiales de Antonio para marginarla durante la batalla.
Antonio había ordenado que sus barcos tuvieran velas a bordo para tener una mejor oportunidad de perseguir o huir del enemigo, lo que Cleopatra, siempre preocupada por la defensa de Egipto, utilizó para desplazarse rápidamente a través de la principal zona de combate en una retirada estratégica al Peloponeso.
Stanley M. Burstein...opina que los escritores partidarios de Roma acusaron posteriormente a Cleopatra de haber desertado cobardemente de Antonio, pero su intención original de mantener sus velas a bordo pudo haber sido romper el bloqueo y salvar la mayor parte posible de su flota. Antonio siguió a Cleopatra y abordó su barco, identificado por sus distintivas velas púrpuras, mientras los dos escapaban de la batalla y se dirigían a Ténaro.
Tras largas negociaciones que finalmente no dieron resultado, Octavio se dispuso a invadir Egipto en la primavera del año 30 a.C.
Octavio avanzó entonces hacia Alejandría, pero Antonio regresó y obtuvo una pequeña victoria sobre las agotadas tropas de Octavio a las afueras del hipódromo de la ciudad. Sin embargo, el 1 de agosto de 30 a. C. la flota naval de Antonio se rindió, seguida por su caballería. Cleopatra se escondió en su tumba con sus asistentes de confianza, enviando un mensaje a Antonio diciéndole que se había suicidado...
Desesperado, Antonio reaccionó ante esta situación apuñalándose en el estómago y quitándose la vida, a los 53 años de edad...
Según Plutarco, estaba todavía moribundo cuando fue trasladado hasta Cleopatra en su tumba, y le dijo que había muerto honorablemente y que ella podía confiar en el compañero de Octavio, Cayo Proculeio, antes que en cualquier otra persona de su séquito. Sin embargo, fue Proculeio quien penetró en su tumba usando una escalera y detuvo a la reina, privándola de la posibilidad de quemarse con sus tesoros. A Cleopatra se le permitió embalsamar y enterrar a Antonio en el interior de su tumba antes de ser escoltada al palacio.
Octavio llegó a Alejandría, ocupó el palacio y arrestó a los tres hijos más pequeños de Cleopatra. Cuando se reunió con él, Cleopatra le dijo sin rodeos... «no seré exhibida en un triunfo»...
No está claro si el suicidio de Cleopatra en agosto de 30 a.C; a la edad de 39 años, tuvo lugar en el palacio o en su tumba. Se dice que estaba acompañada por sus sirvientas Eira (Iras) y Carmión (Charmion), que también se quitaron la vida. Octavio se enfureció por este desenlace...pero la enterró con ceremonial real junto a Antonio en su tumba. El médico de Cleopatra, Olimpo, no explica la causa de su muerte, aunque la creencia popular es que permitió que un áspid o cobra egipcia la mordiera y envenenara..






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